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jueves, 27 de septiembre de 2018

Miedo de Stefan Zweig

Sinopsis:

Irene Wagner lleva una vida acomodada y sin preocupaciones junto a su marido y sus dos hijos. Sin embargo, tras ocho años de matrimonio, los bailes, el teatro, la ópera y otras actividades sociales se le antojan predecibles y anodinas. Así, más por fantasía novelesca que por auténtico deseo, inicia una relación con un joven pianista. Pero pronto una mujer la descubre cuando sale del apartamento de su amante e Irene se ve obligada a ceder a un terrible chantaje.
El terror de ser descubierta por su marido y de perder todo lo que posee y, ahora descubre, tanto necesita y ama, la sumirá en una tormentosa pesadilla. Escrita en 1913 y publicada por primera vez casi una década más tarde, Miedo es una de las nouvelles más sobrecogedoras de Stefan Zweig, con un final tan sorprendente para la protagonista como para el lector.

Opinión:

Hoy os voy a hablar de otra novela de Stefan Zweig, Miedo, una obra escrita en 1913 pero que no vio la luz hasta una década después.

Hablar de Stefan Zweig, es hablar de un gran autor de prosa y argumentos cuidados; de historias cargadas de sentimientos; de argumentos sencillos pero con complejas tramas.
Lecturas breves, la gran parte de ellas, pero en resumen, grandes obras con mayúsculas que nos hacen analizar al detalle el comportamiento de los personajes y reflexionar sobre ellos.
Aunque pueda resultar extraña la comparación, para mí la obra de Zweig es como leer Haikus. poemas breves, de apariencia simple que la mayoría de las veces desarrollan o esconden conceptos complejos.
Pero volvamos a Zweig...

Esta obra, al igual que las anteriores que he reseñado de él, se leen de forma muy fácil por varios motivos:
El primero: la exquisitez y fluidez de la prosa de Zweig, que convierten las lecturas en todo un placer.
El segundo: la gran diversidad de sentimientos que retrata, y que recaen en el lector como una refrescante lluvia de sensaciones.
El tercero: por el  argumento inquietante.
Y el cuarto y último, pero no por ello menos importante, es su extensión, en este caso 136 páginas.

Esto último que he mencionado, la brevedad de la obra, es algo a tener muy en cuenta.
Zweig crea una gran historia, sin necesidad de recurrir a las aproximadamente 1000 páginas de Anna Karenina, a las 400 de Madame Bovary o las 800 de La Regenta, y lo hace focalizando la historia básicamente alrededor de un único personaje, Irene Wagner, aunque eso sí, también se valdrá de tres personajes secundarios, ambientales, para dar forma complementando el argumento.
De esa forma, con lo que a simple vista podría parecer un argumento simplón, consigue una trama potente, de gran tensión pero sin necesidad de recurrir a artificios escénicos.

Ahora os voy a a comentar el porqué de haber citado a estas otras tres obras:
Hemos visto muchas novelas que tratan el tema del adulterio, con personajes atados a los clichés de la época y se me ocurre, que esta breve historia, también podría estar incluida en ese gran triángulo literario que forman: Anna Karenina, Madame Bovary y La Regenta.
Flaubert, Tolstoi o Clarín, fueron unos de los primeros en tratar un tema tan delicado, donde la sociedad era la encargada de juzgar a unas mujeres que, por uno u otro motivo, caían bajo el influjo de un seductor galán.
Stefan Zweig da una pequeña vuelta de tuerca a ese argumento y decide centrarse plenamente sobre el personaje femenino, al igual que lo hicieron los anteriormente citados, pero volcándose en reflejar sus sentimientos, más concretamente en el miedo que experimenta a ser descubierta y/o a perder todo lo que posee.
¿Porqué se centra Zweig en describirnos el miedo? pues simplemente porque el miedo es una sensación provocada por algo real o imaginario pero que en cada sujeto se manifiesta de una forma distinta.
Tiene una infinidad de causas y deriva en otro tanto de sensaciones: angustia, ansiedad, desconfianza, inseguridad; a nuestra protagonista ese "miedo" le va a llegar a través de los remordimientos, y en cada escena, en cada situación, Irene lo que espera es un castigo que no llega, una espera que se convierte en desasosiego, en una tensión que va en aumento, que no conoce límites; para ella su miedo, esa incertidumbre que arrastra, es mucho peor que el castigo, algo que ella considera tangible.

Hay que reconocer que este autor crea un personaje soberbio.
En Irene Wagner, en un momento u otro, vamos a ver como se mezclan varios estereotipos femeninos.
Aparecerá la mujer virtuosa, esa perfecta casada de la que nos hablaba Fray Luis de León en su texto homónimo, y la evolución que ha experimentado ese papel hacia la mujer ideal que la convierte en el famoso ángel del hogar, mientras que en otros otros se ajusta al papel de mujer malcasada, alguien empujado al adulterio por la insatisfacción, al igual que le ocurría a Madame Bovary o Anna Karenina.

Zweig nos muestra como es la mente del personaje y los lectores terminamos sintiendo lo que ella siente. Todo eso lo consigue sin necesidad de darle a Irene el mando del relato, haciéndolo a través de un narrador externo, y prescindiendo del monólogo interior.
Ese narrador omnisciente, capaz de meterse en lo más profundo de los pensamientos de la protagonista.

Una novelita muy breve, pero muy recomendable que no debéis perder la oportunidad de leer.


lunes, 20 de octubre de 2014

Mendel el de los libros de Stefan Zweig

Sinopsis:

Narra la trágica historia de un excéntrico librero de viejo que pasa sus días sentado siempre a la misma mesa en uno de los muchos cafés de la ciudad de Viena.
Con su memoria enciclopédica, el inmigrante judío ruso no sólo es tolerado, sino querido y admirado por el dueño del café Gluck y por la culta clientela que requiere sus servicios. Sin embargo, en 1915 Jakob Mendel es enviado a un campo de concentración, acusado injustamente de colaborar con los enemigos del Imperio austrohúngaro.
Un breve y brillante relato sobre la exclusión en la Europa de la primera mitad del siglo XX.

Opinión:

Nos encontramos ante un relato breve narrado en primera persona, con una narración muy detallada y cargada de brillantes descripciones, que harán la delicia del lector.
Su prosa exquisita y cuidada hasta el último detalle, nos introducirá en una historia que nos enamorará al mismo tiempo que nos conmueve.
Había leído con anterioridad algo de Stefan Zweig, Carta de una desconocida, y en ese momento, ya admiré la forma de narrar de su autor.
El modo breve de contar las cosas contrastaba enormemente, con la cantidad de sentimientos que embriagaban al lector.
Carta a una desconocida tenía 60 páginas. No os vayáis a pensar que este texto tiene muchas más, porque esta pequeña obra ante la que nos encontramos, cuenta con 64 pero que son realmente intensas.

Con Stefan Zweig me ha ocurrido como con Irène Némirovsky. Dos autores que aunque he descubierto tarde, tengo el gusto de ir saboreando lentamente.
Sus obras considero que son "Literatura en Mayúsculas", aunque la otra denominación que suelo otorgarles es de "pequeñas joyas literarias". Son dos escritores con mucho en común, y es que cuentan con una capacidad extraordinaria para transmitir emociones.

Es una lástima que muchos lectores conozcamos a este autor de adultos, cuando precisamente este relato sería la lectura idónea para ofrecérsela a los estudiantes de secundaria.
No resulta extensa ni de lectura pesada, además de que sería perfecta para que fuesen señalando todo lo que encuentren, ya que está cargado de figuras retóricas tales como... Símil, sinonimia, enumeraciones, personificación, anáforas, epíforas... que habitan entre las páginas de este homenaje intenso a los libreros.

Solo me queda recomendároslo, porque en él se habla de muchas cosas, pero sobre todo del amor a los libros y creo que de eso sabéis mucho.
Os pongo un fragmento, donde podréis observar la calidad y todo lo que os he comentado.

Quédeselo tranquila. A nuestro viejo amigo Mendel le habría encantado que al menos una entre los muchos miles de personas que le deben un libro aún se acuerde de él. Después me marché y sentí vergüenza frente a aquella anciana y buena señora que, de una manera ingenua y sin embargo verdaderamente humana, había sido fiel a la memoria del difunto. Pues ella, aquella mujer sin estudios, al menos había conservado el libro para acordarse mejor de él. Yo, en cambio, me había olvidado de Mendel el de los libros durante años. 
Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.



viernes, 21 de diciembre de 2012

Carta de una desconocida de Stefan Zweig


Sinopsis:

Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora.El autor pone de relieve las cualidades que le han convertido en uno de los autores más apreciados por todos los públicos: humanidad, ternura, dramatismo y apasionante interés. Cartas a una desconocida es una de sus mejores novelas.

Opinión:

Nunca se pudo decir tanto de una forma tan breve e intensa...
El relato cuenta con tan solo 60 páginas pero cargadas de sentimientos.
Escrito con un lenguaje muy sencillo en el que el autor prescinde de florituras y nos introduce en una historia de la cual nos es difícil levantar la vista.
Una tardía declaración de amor, una muestra de sentimientos ocultos, de obsesiones, pero sobre todo una verdadera joya escrita en forma de carta.