martes, 1 de mayo de 2018

El asesinato de mi tía de Richard Hull

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Lo primero que quiero hacer es agradecer a Atalanta y a su blog Un libro junto al fuego su brillante recomendación, ya que sin ella esta gran historia habría pasado desapercibida.

“Indudablemente las tías, de cualquier clase que sean, son siempre problemas desagradables”.

Esta obra que se encuentra a caballo entre la novela de detectives y la comedia, fue publicada por primera vez en 1934, y como veis, con solo leer el título y la frase con la que da comienzo, ya tenemos una idea bastante clara del ambiente disparatado por el que se moverán los personajes.

Este libro está escrito con un estilo fluido, y aunque dista mucho de ser una lectura perfecta, os aseguro que no os defraudará, por la cantidad de situaciones absurdas alrededor de las cuales planea nuestro incauto e infeliz protagonista.

Edward, harto de su autoritaria tía Mildred, decide preparar el asesinato perfecto con el que librarse de ella, mientras que nosotros observadores de primera mano, veremos como todos sus planes se desbaratan uno a uno.

Nada más comenzar nos vamos a encontrar con una amplia descripción no ausente de sarcasmo, de como es la ciudad de Llwll, en Gales; localidad en la que vive los dos personajes.
Y sí... ya lo se porque precisamente lo comenta el protagonista...

“ningún ser racional debería habitar en un lugar cuyo nombre sea incapaz de pronunciar un cristiano”.

Edward va a convertirse en un personaje multifuncional. Será nuestro protagonista, nuestro narrador y también actuará como guía particular por esa pequeña localidad y sus alrededores.

Edward es el típico personaje, encantado de haberse conocido; dotado de un extraño sentido del humor irónico; ironía a la que es empujado por la desesperación, y que convertirá su día a día en un continuo disparate.
Un personaje de los que me gustan, de los que evolucionan, pero que en este llamativo caso, evolucionará sin remedio hacia el desastre.

Con esta breve introducción ya habéis conocido a uno de los personajes, a la mitad menos avispada de una dicotomía muy especial, la formada por el perspicaz Edward y su antagonista tía Mildred.

Tía Mildred usufructuaria de la herencia del joven, desde que éste perdió a sus padres en un extraño accidente, es la clásica ancianita de la campiña inglesa, adorada por todos los vecinos de la comarca, pero que esconde tras su afable fachada un hueso muy duro de roer.

Ambos personajes aportarán a la trama su toque personal, con infinidad de excentricidades que adornan las escenas, creando una serie de situaciones que, como ya habréis averiguado, rozan el ridículo, y ante las cuales el lector no puede permanecer impasible. La tensión se masca en el ambiente cada vez que el dúo de personajes aparece junto en escena.

Richard Hull consigue crear el equilibrio perfecto entre la tiranía de tía Mildred y la cara dura, sin límites, de Edward, y eso nos lleva a dar saltos continuos entre lo absurdo y la comedia negra.

Para ir terminando os diré, que la novela se divide en cinco partes.
En las cuatro primeras, los acontecimientos nos llegarán desde una especie de diario, donde el incauto de Edward refleja sus preocupaciones y los agotadores acontecimientos que le acosan. Una especie de narración que se mueve entre vanos intentos de manipulación.
En la última parte el argumento da un giro inesperado y nos daremos de bruces con la narración de tía Mildred. Un fin de relato muy hábil que conlleva un cambio de punto de vista, que tratará de desbaratar todos los mitos creados anteriormente por su vago y caprichoso sobrino.


6 comentarios:

  1. Me alegra que te haya convencido, y que haya logrado que pasaras un buen rato :-)
    Me encanta tu reseña, pero esta frase es perfecta: "evolucionará sin remedio hacia el desastre" :-D Resume totalmente el espíritu de la lectura, y todavía ando riendo XD XD XD
    Beso grande.

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  2. Hola guapa, yo también vi la reseña de Atalanta y lo tengo por aquí apuntado... espero que esté bien y sea divertido, me fio de vosotras ;), pero me ha dado un poco de miedo leer que decías que Edward era un prepotente porque me ha recordado al Gordon de Marcos Chicot, un libro que no pude terminar por lo estúpido que era el personaje...
    Pero bueno iré con buenas espectativas...
    Un besazo

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  3. Hola Nitocris.
    El personaje de Chicot, es un personaje más al estilo torrente y en la obra, no había nadie que le llevase la contraria o le hiciese sombra. El de Richard Hull, es simplemente un caradura al que todo le sale mal.
    Vive en su mundo y lo contempla con unas gafas que lo distorsionan... resultado, que el resto no ven la realidad como el la ve.
    Cada situación resulta absurda y los lectores, que nos anticipamos a ellas, las contemplamos diciéndonos... ¡Sí es que se veía venir!
    Lánzate a por él, seguro que te gusta... me refiero al libro, no a Edward, :)

    Besos

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    1. Es verdad que el personaje de Chicot es igual que Torrente, de hecho en la reseña que hice comenté que me sorprendía que le diera en un premio cuando todo el mundo hecha pestes de Torrente... :)
      Gracias por la aclaración, a pesar de haberte puesto eso en el comentario pensaba leerlo por las buenas impresiones que tuvisteis Atalanta y tú... pero ahora ya me lo confirmas.
      Un besazo

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  4. Acabo de terminarlo siguiendo tu recomendación y la verdad es que me lo he pasado muy bien, es muy divertido y me ha gustado mucho. Ahora me voy a meter en una novela histórica que ya llevo varias más ligeritas. Muchas gracias por tus extraordinarias reseñas. Tu blog es el mejor. Un saludo.

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    1. Hola Ahul, bienvenido.
      Me alegra que te haya gustado la recomendación, y si te sirve de consuelo, a mí me ocurre como a ti. Las últimas lecturas han sido bastante ligeritas, salvo claro está "La novela de Genji", y ahora le va tocando el turno de leer algo más serio.

      Un brazo y gracias.

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