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martes, 23 de junio de 2015

El secreto de Vesalio de Jordi Llobregat

Sinopsis:

Barcelona, mayo de 1888. A pocos días de inaugurarse la primera Exposición Universal del país, aparecen los cuerpos horriblemente mutilados de varias muchachas. Sus heridas recuerdan a una antigua maldición de la ciudad largo tiempo olvidada.
Daniel Amat, joven profesor residente en Oxford, recibe la noticia de que su padre ha muerto, lo que le obliga a volver a Barcelona después de años de ausencia. A partir de ese momento, se verá arrastrado a la persecución de un despiadado asesino mientras se enfrenta a las consecuencias de su propio pasado.
Bernat Fleixa, reportero del Correo de Barcelona, cuyo único interés es conseguir una noticia que le haga famoso, y Pau Gilbert, un enigmático estudiante de medicina que oculta un secreto, se unirán a Amat en busca de un antiguo manuscrito anatómico que puede cambiar la historia del conocimiento y que resulta ser el principal objetivo del asesino.
Secretos, traiciones y pasiones prohibidas en la Barcelona convulsa y fascinante de finales de siglo XIX, donde nada es lo que parece, ni nadie está a salvo del pasado.
 
Opinión:

Siempre he pensado que un buen libro es mucho más que solo un buen argumento.
Hay diversos factores que consiguen que esta obra vaya a pasar a mi lista de los mejores libros que he leído, y por lo tanto, de los más recomendados.
Esos detalles de los que os hablo consiguen que se mantenga la intriga y el suspense a lo largo de toda la novela, impidiendo que la trama decaiga.
Voy a intentar indicaros que es lo que bajo mi parecer, hace de esta novela un libro imprescindible.

 1. La atmósfera, la ambientación y el escenario.

Si la obra está bien ambientada, es un punto que juega a favor.
La trama se sitúa en una época en concreto, en 1888. Si fallase la ambientación, no nos resultaría creíble el resto del argumento. 
Las novelas que se centran en periodos de la Historia concretos, deben añadir obligatoriamente descripciones que transporten al lector, al momento citado. 
Los muebles, los trajes, las calles, los olores... todas esas sensaciones que nos transmiten los escenarios descritos, pasan a ser detalles primordiales para que la narración resulte veraz.
En este libro, la armonía a la hora de combinar todas estas piezas, es lo que logra generar ese clima decadente que emana de algunas de las escenas y que logra embaucar al lector.  

2. Narración Ab ovo.

En otras palabras, el relato sigue un orden lineal a la hora de narrar los acontecimientos. 
Esto hace que la lectura se vuelva ágil, sin los comunes saltos hacía atrás y hacia adelante, donde el lector corre el riesgo de quedar atrapado en el tiempo y por lo tanto, descolgado de la lectura. 
El autor para narrarnos algunos sucesos ocurridos con anterioridad se vale de los personajes que se encargan de contárnoslos. Así de sencillo...

3. El tiempo.

Hay una particularidad que afecta tanto a la narración como al siguiente tema que es la intriga. 
Desde el comienzo aunque avanzamos por la trama de forma lineal también comienza una cuenta atrás. Me explico...
La novela está dividida en varias partes y en cada una de ellas se nos irá indicando los días que restan para la inauguración de la Exposición Universal de 1888, en Barcelona.
El tiempo en esta historia, es otro indicador y productor de suspense más. Tenemos constancia en todo momento de que la cuenta atrás, será otro recurso importante para el desarrollo de la obra, solo nos queda averiguar si la cuenta terminará siendo a favor o en contra de los personajes.

4. La intriga.

Jordi Llobregat siembra la intriga desde el principio y va dosificándola, manteniendo la tensión narrativa a lo largo de toda la obra. 
Los giros o vueltas de tuerca son constantes, por lo que el lector no se aburre en ningún momento. Se mantiene alerta intentando averiguar quien o quienes son los malos de esta novela y creo que la búsqueda del lector a ese respecto, es infructuosa. porque el final sorprende...

5. Los personajes.

Esta obra se sostiene por un elenco excelente de personajes.
El lenguaje utilizado por cada uno de ellos, se adecua a su personalidad, posición y su registro.

Tenemos varios grupos de personajes.
El protagonista. Daniel Amat un joven profesor que vuelve a Barcelona para el entierro de su padre.
Personajes principales. Bernat Fleixa, un reportero y Pau Gilbert, un estudiante de medicina.
A estos personajes hay que añadir otros de vital importancia para esta obra, que no voy a nombrar. Unos son personajes incidentales. Aparecen en la novela de forma puntual, pero tienen su protagonismo en algún momento de la historia. Otros por el contrario son, aunque secundarios, imprescindibles para el desarrollo de la trama.
Cada uno de los personajes principales tiene su antagonista o némesis, por lo que el aburrimiento queda totalmente desterrado de la obra.

Otra particularidad, los personajes son dinámicos, van evolucionando, se transforman gracias a las vivencias que van experimentando y esto afecta de forma directa a la intriga, porque en ningún momento esperas sus reacciones.

6. Vesalio.

Hay otro personaje que he dejado al margen. Andres Vesalio.
Aunque no entra en escena, es un personaje que está en todo momento presente en esta obra. 
Pero... ¿Quién era Vesalio?
Andries Van Wesel o Andreas Vesalius, fue un médico que acompaño a Carlos V y a Felipe II en sus campañas. Ese fue el motivo de que obtuviese grandes conocimientos en cirugía, lo que le llevó a ser autor de varios libros sobre anatomía.
Lo que más puede llamar la atención y que crea un gran misterio desde la portada de esta novela, es la leyenda que se creo entorno a la figura del famoso médico. 
Según dicen, la Santa Inquisición condenó a morir en la hoguera a Vesalio. 
Felipe II conmutó esa pena a cambio de que peregrinase a tierra santa... pero lo importante como en la mayoría de las historias, es el motivo. 
Hacer una autopsia, aunque fuese a un aristócrata español, no es que estuviese muy bien visto por la Inquisición... pero bueno, haciendo la vista gorda hasta aquí todo podría resultar normal.
El mayor problema surgió, al comprobar que el supuesto muerto, no lo estaba tanto... Pero no os alarméis, porque esto parece que tan solo es parte de la "leyenda".

7. El narrador. 

De su habilidad depende que se despierte nuestro interés por el relato. El narrador, es con quien el lector tiene el primer contacto. 
Si el tipo de narrador elegido no fuese el correcto, si no fuese creíble lo que nos cuenta, si utilizase un lenguaje inapropiado, si su narración no fuese fluida ni interesante, terminaría aburriendo al lector. 

Aquí tenemos un narrador que relata los hechos en tercera persona y que desempeña el papel de intermediario. 
Nos muestra la historia al detalle pero se mantiene alejado, guardando las distancias. 
No interactúa ni con los personajes ni con el lector. 
No sugiere, ni hace aportaciones personales. Se limita únicamente a relatar los hechos según van sucediendo, respetando en todo momento el punto de vista de cada uno de los personajes. 
No pone ni una palabra de más a la narración, ni la omite. Es el narrador perfecto. 
El narrador por lo tanto en esta obra, es el responsable de todos los puntos que os he citado anteriormente. 
Es el encargado de describir y de que resulte real la ambientación, de guiarnos por la narración, y de presentar y contar lo que hacen los personajes de forma verosímil.

Nos encontramos en Barcelona en 1888, cuando la ciudad está a punto de celebrar la Exposición Universal.
El autor a través del narrador nos transporta a una ciudad que tiene rasgos en común con el Londres Victoriano. 
Un ambiente oscuro, lóbrego y claustrofóbico, donde aparecerá un personaje oscuro o leyenda negra,  incluso más temida que Jack el destripador.

Todos estos ingredientes forman el cóctel perfecto. Es una novela que no debéis dejar pasar, porque tenéis el entretenimiento asegurado.
Para terminar cabe destacar que todo buen libro, se vende también por su portada y la elegida por la editorial destaca por lo atrayente y enigmática que resulta.

Parafraseando a Vesalio solo me queda decir que:

Sólo a través del ingenio puede el hombre vivir eternamente.


El escritor Jordi Llobregat desde luego ese lema lo ha cumplido a la perfección con su Ópera prima.